La sorprendente declaración de uno de los detenidos por fugarse de la cárcel de Picassent: estas otras dos personas conocían el plan
El pasado 21 de diciembre dos presos peligrosos de la cárcel de Picassent, en Valencia, consiguieron escapar a la antigua. Tras ser detenidos, la investigación sigue desvelando detalles sorprendentes.

Por esta ventana huyeron dos presos de la cárcel de Picassent
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El 21 de diciembre de 2024, la cárcel de Picassent, en Valencia, fue escenario de una fuga digna de un guion cinematográfico. Dos presos peligrosos, "Sergio C"., de 43 años, y "David M.", de 39, lograron escapar forzando los barrotes de sus celdas, descolgándose con sábanas anudadas y abriendo una puerta destinada a vehículos de mercancías.
Casi seis meses después, la confesión de uno de los fugados ha puesto el foco en trabajadores del centro, desatando así una investigación que revela posibles fallos internos en el centro penitenciario. Nos lo ha contado, como cada lunes, Pablo Muñoz.

Cárcel de PicassentEUROPA PRESS17/4/2020
evidencias que apuntan a complicidad interna
Las sospechas se reforzaron cuando se intervino un móvil a otro interno de Picassent, no fugado, con conversaciones incriminatorias sobre el plan de escape. Este hallazgo involucró a tres personas más, incluido el propietario del teléfono, aunque sus identidades no han trascendido.
Además, un pendrive encontrado en las pesquisas podría contener información relevante, posiblemente incluso una confesión de uno de los fugados. Estos elementos han llevado a los investigadores a sospechar de una red de complicidad que habría facilitado la huida.

Cuerpo Nacional de Policía
LA DECLARACIÓN DE SERGIO C., CLAVE
El caso dio un giro cuando Sergio, trasladado desde la prisión de Topas (Salamanca) a los juzgados de Picassent para declarar, se acogió a su derecho a no hacerlo. Este cambio de actitud, tras pasar de señalar a los supuestos cómplices a guardar silencio, ha desconcertado a los investigadores.
“Es extraño que alguien que confiesa inicialmente decida no colaborar después”, apunta Muñoz. Ahora, la investigación busca conectar su testimonio inicial con las evidencias del móvil y el pendrive para determinar si hubo sobornos u otras irregularidades.

Imagen de archivo de una prisión
¿Un problema estructural en las prisiones?
Este caso se suma a otros escándalos recientes, como los de Ana Julia Quezada o Miguel Carcaño, que han puesto en cuestión la seguridad en las cárceles españolas. Sin embargo, Muñoz defiende que no hay un problema generalizado. “La plantilla de funcionarios es cada vez más joven y preparada, pero trabajan en un entorno con personas manipuladoras”, explica.
Añade que los funcionarios de prisiones son “los hermanos pobres” del Ministerio del Interior, sin la consideración de agentes de autoridad y con recursos limitados.
La falta de inversión en el sistema penitenciario es otro punto crítico. “La cárcel debería ser el primer filtro de seguridad, porque reducir la reincidencia disminuiría los delitos”, subraya Muñoz. Sin embargo, la percepción social no favorece estas inversiones, lo que perpetúa las vulnerabilidades.