Un japonés explica en Osaka como comer tomate de forma glamurosa y su gesto causa furor en la Expo
El pan con tomate, e incluso el gesto de untar el tomate en el pan, ha causado furor entre los visitantes al pabellón de España de la Exposición Universal de Osaka (Japón). Se está celebrando la Semana Catalana

Pà amb tomaquet
Barcelona - Publicado el
3 min lectura
Un gesto muy habitual en Cataluña, como es el de untar el tomate en el pan, ha llamado poderosamente la atención en Japón. Concretamente, a los visitantes de la Exposición Universal de Osaka que se han acercado al pabellón de España. Y es que estos días se está celebrando la Semana Catalana. Y es en este marco que se han preparado talleres de pan con tomate o clases magistrales de vino.
El cocinero Josep Barahona, que vive en Japón desde hace más de 25 años, ha sido el encargado de explicar, paso a paso, cómo se consigue un buen pan con tomate.
Ha explicado los ingredientes, el orden en el que hay que ponerlos, cómo se combinan y, posteriormente, ha hecho una demostración práctica a través de una webcam que se proyectaba ante los asistentes.
Y el resultado final ha sorprendido y convencido a los asistentes, si tenemos en cuenta las reacciones que ha recogido la agencia ACN de algunos de los visitantes.
Es el caso de Tomoko, quien considera que “es la forma más lujosa de comer un tomate del mundo, me ha sorprendido lo bueno que estaba”. Una afirmación que corrobora Miyako: “nunca había comido tomate de una manera tan buena. Estoy muy impresionada”.
Y si ha sorprendido el sabor, también ese gesto de untar el tomate en el pan. Es lo que decía Daiki, mientras Tateno destacaba que la demostración “ha estado muy bien, hemos aprendido que tenemos que utilizar tomate maduro y ahora no puedo esperar para hacerlo en casa”. Y eso que ella no se esperaba tener que participar y de forma tan activa en ese taller. Cuando la han conducido hasta la mesa esperaba una degustación de diferentes platos.
Y Daguchi, una residente en Kobe, reconocía que había visitado Barcelona en dos ocasiones y que había tenido la oportunidad de comer pan con tomate, aunque esta era la primera vez que se lo había preparado ella. Y la experiencia le ha gustado tanto que repetirá: “me encantaría hacerlo en casa cuando se acerque la temporada de tomates”.

Con el tiempo, el pan con tomate se convirtió en mucho más que un apaño campesino. Se coló en las mesas de toda Cataluña, luego en el resto de España y hasta cruzó fronteras.
El origen del pan con tomate
El pan con tomate tiene su origen en Cataluña, y aunque nadie tiene un acta notarial que diga exactamente cuándo nació, los historiadores apuntan a que fue entre los siglos XVII y XVIII. Por aquel entonces, el tomate ya se estaba haciendo hueco en las cocinas de las zonas del Mediterráneo, aunque tampoco fue un amor a primera vista.
Hay teorías que dicen que este plato surgió en las zonas rurales, donde la pobreza obligaba a sacarle el máximo partido a lo que había en la despensa. El pan duro era un habitual, y los tomates, que crecían como locos en los huertos, eran perfectos para reblandecerlo y darle vida.
Otros cuentan que los labradores lo preparaban para llevar al campo, porque era fácil de hacer, barato y aguantaba bien. Fuera como fuera, lo que empezó como una solución práctica acabó convirtiéndose en un pilar de la gastronomía catalana.
Con el tiempo, el pan con tomate se convirtió en mucho más que un apaño campesino. Se coló en las mesas de toda Cataluña, luego en el resto de España y hasta cruzó fronteras. Hoy lo ves en desayunos, como base para tapas, acompañando un buen jamón o simplemente como protagonista.
¿Y cómo se hace el pan con tomate? Los puristas defienden que el tomate se frota directamente sobre el pan, nada de rallarlo, y que el pan tiene que ser de payés, con esa miga densa y corteza crujiente. Pero si te mueves por otras partes de España, te encontrarás versiones con tomate triturado, pan tostado o incluso con un toque de ajo Lo que no cambia es la magia de esa combinación: pan, tomate, aceite y sal.